Durante años veníamos advirtiendo, y temiendo, que tanta carroña televisiva, tanta invasión en la vida privada de la gente, tanta obsesión por hurgar en la miseria ajena, podrían originar, aunque sea, de segunda mano, una tragedia.

Hasta que sucedió: la primera participante de “El valor de la verdad” desapareció el 11 de setiembre. Beto Ortiz, ni siquiera lo mencionó en su matutino “Abre los ojos”, mientras que en su columna del domingo 16 en Perú 21, le dedicó un par de líneas en las que demostraba su total indiferencia: “Ha desaparecido Ruth Thalía Sayas Sánchez, la primera concursante de El Valor de la Verdad. También han desaparecido otras seis personas menos famosas cuyas fotos aparecen en mi recibo de Luz del Sur".

El sábado 22 de Setiembre, una noticia escalofriante que presentíamos, invadió las redes sociales: el cuerpo sin vida de Ruth Thalía Sayas Sánchez, apareció sin vida. Bryan Romero, su ex enamorado había confesado su crimen y asegura, que lo que lo llevó a tomar esa determinación fue la humillación a la que fue expuesto en aquel programa en el que le dijeron que era feo, que no era inteligente, que su chica estaba con él mientras aparecía alguien mejor y que, por si fuera poco, durante su relación, había tenido sexo con otros hombres por dinero.

¿Le hicieron alguna prueba sicológica para saber que no era un psicópata, como ahora se le cataloga? ¿Estaba preparado este chico, convertido ahora en asesino, para escuchar todas esas verdades a nivel nacional? ¿Alguien lo está?

Hay muchas preguntas sin respuesta, pero algo está claro: desde ese día, la vida de Bryan cambió: sus vecinos le gritaban cachudo, su familia se avergonzaba de él, en las redes sociales lo trataban de imbécil para abajo, lo cual, por supuesto, no justifica su crimen, aunque en cierta forma, lo explica.

Beto Ortiz dice que un programa de televisión no puede obligar a nadie a matar a otra persona. ¿Se olvida que es el personaje más influyente de la televisión, según una encuesta y de lo mucho que se ufana de serlo? ¿No es capaz de hacer una pequeña autocrítica de un programa en el que él no sólo es el conductor, sino también el director? ¿Realmente pensará que las preguntas crueles que se le hicieron a Ruth Thalía, que la obligaron a desnudarse públicamente por dinero, en las que los más lastimados fueron sus seres queridos, a los que les dijo, incluso, que se avergonzaba de ellos, no contribuyeron a su muerte?

Qué diferencia con las preguntas tontas que le hizo, por ejemplo, a su amiga Susan León : ¿alguna vez se te salió el pezón? ¿Fue difícil sostener la rosa en el poto de aquella foto que te hizo famosa? ¿Qué les importaba eso a sus panelistas, a quienes nada de lo que dijera les podía afectar directamente? A no ser que hubiera querido ponerse cruel, igual que con Ruth Thalía y enfrentarla a la pobre señora que ni sabía que hacía ahí, con una pregunta como: ¿te gustaría llegar a la edad de tu amiga, sola y triste como ella?

Sus argumentos para protegerse desde el altar de su soberbia, dan pena. Sus defensores, como Laura Bozzo, que le envió un mensaje en el que decía: “El éxito es el éxito y eso lo determina el rating”, dan asco.

Ayer Ortiz y Frecuencia Latina ofrecieron una conferencia de prensa. Algunos ingenuos pensaban que anunciarían que, aunque sea momentáneamente retirarían el programa del aire, pero no, fue para decir más de lo mismo: que el cargamontón, que la competencia desleal de otros canales, que la envidia a tan exitoso programa y cosas por el estilo.

Una vez más, zafaba cuerpo. Insistió en que el programa no había mentido cuando dijo que Bryan era el enamorado de Ruth Thalía y como prueba mostró un declaración en la que él firmaba como tal y unas fotos tan antiguas de la pareja, que hasta se la ve a ella antes de haberse operado la nariz. La verdad es que subestima la inteligencia del público.

El único mea culpa que hizo es que su programa “Abre los ojos”, no actuó lo suficientemente rápido, porque tiene cientos de casos diarios. Aunque por su infeliz comentario en Perú 21, ya sabíamos que era a él a quien el tema no le interesaba en absoluto, pese a que la chica desaparecida era, de alguna manera, conocida suya.

Sin embargo ahora no importan los miles de casos de feminicidio que Frecuencia Latina mencionó en su primer comunicado, porque el tema principal del programa matutino, cada mañana es Ruth Thalía. Es su “pepa” pues. Por eso Frecuencia Latina ha asumido la defensoría legal del caso y “el respaldo a la familia hasta las últimas consecuencias”. No tendría por qué hacerlo, no tendrían que gastar miles y miles de soles en un caso que, como dicen, no tienen responsabilidad alguna ¿o es que, en el fondo, sienten que la tienen?

Y, en todo caso ¿por qué no se hacen cargo también de otros feminicidios y el programa de Ortiz no investiga qué ha pasado con las seis personas desparecidas que figuran en su recibo de luz para ser consecuentes con sus propios argumentos? La respuesta es la de siempre: por rating.

Este sábado en el que debía salir el cantante Iván Cruz, han decidido adelantar la edición en la que aparecerá Pedro Pablo Kuczynski, quien donará todo lo que gane a la Teletón. Una buena manera lavarse la cara, mientras pasa la ola.

Sólo nos queda dedicarle a Beto algunas líneas de una carta abierta que él mismo escribió a Magaly Medina cuando ella estaba en prisión, ya que, al parecer, sólo se escucha a sí mismo:

“Depón tu soberbia. Apágate un poquito. Ya no te envalentones. No te achores, no guerrees: ya perdiste. Aquiétate. Serénate…. Toca fondo sin roche. Sin temor al qué dirán. Nada demasiado malo te ha de pasar…Pero esta vez te lo pensarás dos veces antes de volver a esparcir más mentira, más odio y más dolor en este pobre país que ya tiene demasiado”.